Servane Mouton : Ecrans, un désastre sanitaire.

Servane Mouton: Las pantallas, un desastre sanitario.

Servane Mouton es neuróloga y neurofisióloga. Copresidió la comisión sobre el impacto de la exposición de los jóvenes a las pantallas, cuyo informe, publicado en abril de 2024, ofreció una valiosa visión general de la situación, acompañada de recomendaciones políticas ( Niños y Pantallas: En Busca del Tiempo Perdido ) . Este informe representó un importante reconocimiento de un tema a menudo secuestrado por intereses económicos y sus habituales portavoces "científicos", que se apresuran a polarizar el debate para silenciarlo.

A pesar de la presencia de representantes de la industria, la comisión logró llegar a una conclusión clara y formular recomendaciones claras, entre ellas: prohibición del uso de pantallas antes de los 3 años y una limitación estricta del tiempo de pantalla entre los 3 y los 6 años; prohibición del uso de teléfonos móviles antes de los 11 años y de smartphones antes de los 13; prohibición de redes sociales antes de los 15 años (y, a partir de entonces, solo plataformas "éticas"); y prohibición del uso de pantallas en guarderías y centros preescolares. En comparación, las asociaciones pertenecientes al colectivo Attention exigen, entre otras cosas, la prohibición del uso de pantallas antes de los 5 años y de los smartphones antes de los 15.

Este trabajo fue un hito en nuestra lucha: por primera vez, una autoridad científica con mandato político reconoció claramente la existencia de un importante problema de salud pública vinculado a las pantallas y puso propuestas tangibles sobre la mesa.

Un paso necesario que ya hemos dejado atrás.

Con "Pantallas, un desastre sanitario" , Servane Mouton continúa este trabajo, pero esta vez habla en nombre propio, con total independencia: "Las declaraciones hechas aquí son únicamente las de su autora, quien especifica que no tiene ningún conflicto de intereses".

Porque ha pasado casi un año, y es evidente que seguimos esperando medidas políticas que estén a la altura de los retos, que el peso de las pantallas en nuestras vidas ha crecido y que sus efectos se han agravado en todos los ámbitos de la salud humana, social y ambiental.

Servane Mouton presenta una nueva visión de la realidad científica del problema. Enumera metódicamente el agravamiento de los efectos nocivos de la sobreexposición a las pantallas, tanto en la salud física y mental de los niños (trastornos visuales, sedentarismo, falta de sueño, obstáculos para el desarrollo neurológico y socioemocional), como en la de nuestro entorno y nuestro modelo económico.

Esta observación no deja indiferente a nadie. Exige firmemente la acción: dirigiéndose tanto a los padres como a todos los ciudadanos, a los reguladores y a los representantes de la industria, el autor reitera la absoluta necesidad de convertir las pantallas en un tema de auténtico debate público, no solo científico; un debate que la ciencia informe en lugar de eclipsar, acompañado de medidas políticas concretas: «Para impulsar estos debates, necesitamos información justa y fundamentada, similar al Juramento Hipocrático que hicimos. Conocimiento para encontrar o redescubrir el poder de actuar».

Como ella misma nos recuerda con fuerza e integridad: «nuestros hijos no son ratas de laboratorio. Están jugando y construyendo sus vidas ahora mismo. Existen suficientes elementos para, al menos, poner en práctica el principio de precaución».

Este es precisamente el reto para los próximos meses: ahora que hemos consensuado la urgencia de actuar, ¿cómo podemos proteger a nuestros niños de la lacra de nuestro tiempo? Servane Mouton nos recuerda acertadamente las herramientas de acción ya identificadas tanto a nivel nacional (espacios públicos desconectados, políticas públicas independientes de prevención) como a nivel europeo (fortalecimiento de la Ley de Seguridad Digital (DSA) en materia de captología, requisitos de interoperabilidad y desagregación, etc.). Entre las medidas propuestas, cabe destacar la petición de crear un fondo público de dotación encargado de penalizar los abusos de la industria y apoyar a las organizaciones independientes de prevención.

La educación, por último, es lógicamente un ámbito que necesita urgentemente una reforma, a través de una reevaluación lúcida de la supuestamente indiscutible "eficacia educativa" de la tecnología digital: es hora de prohibir las pantallas en clase antes de los 8 años, reducirlas al mínimo indispensable antes de los 14 años, regular enérgicamente los "entornos de trabajo digitales" (EDD), hacer cumplir la prohibición legal de los teléfonos inteligentes en la escuela secundaria, etc.

En un momento en que la inteligencia artificial alimenta un tecnosolucionismo cada vez más desenfrenado, debemos, más que nunca , liberarnos de este trance hipnótico y forjar un camino alternativo al que los "nuevos" imperios tecnológicos pretenden imponernos. Como su título indica, el mensaje de Servane Mouton es clarísimo, y su advertencia es de vital interés público. Es una poderosa señal de alarma que no podemos ignorar, y unimos nuestras voces a la suya con fuerza y ​​determinación: "Esperamos fervientemente que se tome conciencia de este desastre sanitario inminente y ya evidente. No es demasiado tarde, pero ya es hora".

Fuente: https://www.levelesyeux.com/

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