En Europa y Estados Unidos, las madres acusan a los responsables de las plataformas de redes sociales (META, Discord, TikTok, etc.) de no proteger a los niños de la violencia en línea. Esperan cambiar las leyes.
"Tienes las manos manchadas de sangre. Creaste un producto que mata". Estas fueron las palabras de un senador estadounidense el pasado enero. Frente a él estaban los directores de las cinco redes sociales más grandes: Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat y Discord, todas acusadas de no proteger a los niños de la violencia en línea.
El Senado está indignado y las madres se movilizan para intentar obligar a los gigantes tecnológicos a cambiar sus prácticas. Elisabet, en España, intenta prohibir los teléfonos inteligentes a menores de 16 años, mientras que Kathleen, en Estados Unidos, conciencia sobre la salud mental de los adolescentes.
En Francia, Socheata Sim trabaja a diario con la policía francesa para localizar a pedófilos, mientras que Laure Boutron-Marmion, abogada de siete familias, ha presentado una denuncia contra TikTok y afirma: "Las redes sociales matan, tenemos que afrontarlo".
Es un poco como David contra Goliat, pero estas mujeres quieren evitar lo peor. Porque lo peor sí existe.
Llamada al suicidio
La periodista Elisa Jadot lo experimentó en primera persona. Creó un avatar, Lily, y apenas completó su perfil falso. Simplemente indicó su edad, 13 años, y una pasión: montar a caballo. En TikTok, el algoritmo inicialmente le mostró videos de chicas jóvenes hablando de sus vidas en cámara. Luego, los videos cambiaron. Mostraban a adolescentes llorando, por ejemplo, por el desamor. Y pronto, las escenas de autolesiones inundaron su teléfono. En TikTok, en tan solo cinco minutos, la plataforma destaca videos que glorifican el suicidio. Una carta de despedida o el rostro lloroso de un joven que quiere acabar con todo, explica el periodista. En pantalla, un tutorial sobre cómo atar una soga para la horca. Y comentarios que incitan al suicidio. ¡Aterrador!
Sin embargo, en Francia no existe moderación para este tipo de contenido, al igual que en Estados Unidos. Peor aún, al otro lado del Atlántico, el artículo 230 de una ley aprobada en 1996 establece que ningún proveedor de alojamiento puede considerarse editor de contenido. Esto es una forma de decir: «No nos hacemos responsables de lo que se afirma o se muestra».
De ahí la ira de estas mujeres que quieren cambiar las leyes. En el Congreso estadounidense, algunos funcionarios electos parecen convencidos de esta lucha, como este senador que no se anda con rodeos frente a Mark Zuckerberg, director de Facebook e Instagram: "Los niños no son su prioridad. Los niños son sus productos. Los ven como una forma de ganar dinero. ¿Cómo pueden siquiera pensar así?".
Cabildeo intensivo
En respuesta a estos ataques, las plataformas de redes sociales en cuestión intensificaron sus esfuerzos de cabildeo, invirtiendo miles de millones de dólares. Funcionó: la ley permaneció inalterada. ¿Y qué hay de los padres en todo esto? ¿Acaso no tienen alguna responsabilidad? A los jefes de las redes sociales les encanta este argumento. Kathleen, cuya hija intentó suicidarse tras ver horas de imágenes que promovían la anorexia, tiene una respuesta diferente: Le quitaron el teléfono. ¿Y saben qué? La escuela les da computadoras, sus amigos les permiten usar sus dispositivos. Cuando sufres de una adicción, siempre encuentras la manera de seguir adelante.
Esta investigación no contiene grandes revelaciones, pero presenta un panorama aterrador que subraya la urgencia de la situación. Un documental de vital interés público.
Mira el documental aquí:
"Digital Grip: 5 mujeres contra las 5 grandes", una película de Elisa Jadot, en France 5 y france.tv - ©Babel Doc/Together Media
https://www.france.tv/documentaires/documentaires-societe/6711838-emprise-numerique-5-femmes-contre-les-big-5.html